Guernica


De las miles de obras que realizó Pablo Ruiz Picasso durante toda su vida, una de las más recordadas, junto a las Señoritas de Avignon, es el Guernica. Esta obra de grandes dimensiones, fue un encargo al artista por parte del Director General de Bellas Artes, Josep Renau para ser expuesto en la Exposición Internacional de 1937 en Paris.

El cuadro ilustra al pueblo de Guernica en España, tras ser brutalmente bombardeado por alemanes e italianos el 26 de abril de 1937 durante la Guerra Civil Española.

Picasso. Guernica. 1937. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid

Guernica no fue pintado en el gran lienzo al impulso de la emoción de un día, sino que fue el resultado de semanas de sostenida tensión, y, al igual que muchas de sus grandes obras, fue precedido por docenas de estudios preliminares que sirvieron para centrar toda su emoción, toda su capacidad de pensamiento original, toda su vasta experiencia. (López, 1984, p. 87)



Los animales son de las imágenes más simbólicas del cuadro, ya que le aportan vida y movimiento. Por un lado, se aprecia con dificultad una paloma que, al estar con un ala estropeada, se le puede interpretar como una paz rota. El caballo herido es la figura central, que representa el dolor y sufrimiento de las víctimas del bombardeo. Por otro lado, el toro puede ser interpretado de dos maneras; como un símbolo de protección, ya que parece que envuelve a la mujer que se encuentra de rodillas ante él, o como un símbolo de oscuridad y brutalidad por su aspecto fijo y asombrado. Se dice que Picasso se representó a sí mismo en el toro.

¿Por qué animales? Con pedantería cabria señalar un ambiente agrícola, aunque en realidad los informes sobre el bombardeo de Guernica no mencionan caballos ni ganado bovino, sino que describen rebaños de ovejas ametrallados por los aviones alemanes. (Arnheim, 1976, p. 41)

Se aprecian seis figuras humanas en “Guernica”:

El soldado caído a los pies del caballo representa a todos aquellos que pelearon por sus ideales. En su mano, la espada rota y una flor, que simboliza la esperanza de aquellos que siguen peleando.

El sentimiento de pérdida se ve claramente reflejado en la obra, específicamente en la figura de la madre con su hijo sin vida en brazos, cuyo rostro revela la desesperación y tormento de esta madre quien busca consuelo en el toro. En la parte inferior derecha está la figura de una mujer que camina arrastrada, posiblemente por una herida en la pierna, y que parece huir del desastre. Justo arriba de esta, un hombre se lamenta y ruega el cese de las bombas.

En la parte superior del cuadro se encuentran dos luces; por un lado, el “ojo” que puede interpretarse como una bomba o como un Dios que todo lo ve; y por otro lado la vela en manos de una mujer que ve horrorizada todo el daño y desastre resultante del bombardeo.


Bibliografía

López, S. (1984). El “Guernica” y otras obras de Picasso, contextos iconográficos. Murcia: Departamento de Historia del Arte, Universidad de Murcia.
Arnheim, R. (1976). El “Guernica” de Picasso: génesis de una pintura. 3ra Edición. Barcelona: Editorial Gustavo Gili.


Michelle Y.

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